ECUAMODA
martes, 31 de agosto de 2021
viernes, 13 de agosto de 2021
La alfarería actividad que sucumbe en el tiempo
Hacia los 4.000 a.C-500 a.C., en el Período Formativo, las culturas precolombinas habrían comenzado a desarrollar piezas cerámicas con decoraciones geométricas o esculturas fito, zoo y antropomorfas (elementos morfológicos), que daban cuenta de un desarrollo cultural notable.
Este proceso se realiza pisoteando el material con los pies descalzos, así se localizan las piedras y se eliminan las burbujas de aire que están aprisionadas en la mezcla, compactándola de forma idónea, este procedimiento dura alrededor de 1 a 2 horas.
Para la fabricación de la cerámica no se emplean tornos, más bien se mantiene la tradición de ir y venir de forma circular sobre una botija grande dispuesta boca abajo, que sirve de soporte para dicho fin; esta actividad se conoce como shiminchir, término quichua que significa sacar la boca; terminando este proceso con incisiones a modo de decoración. Después de reposar la actividad sigue con los golpeadores para darles forma, compactando las paredes de la pieza. La última etapa antes de la quema es el quinado, término que proviene de la palabra quichua quina, que significa rojo, es decir, se pinta la parte del pecho de la cerámica de color rojo a modo de decoración, este material también se extrae de zonas aledañas al sector. La quema se realiza al aire libre, lo que brinda a las piezas una oxigenación y aireación ideal a temperaturas que sobrepasan los 450 °C, dando como resultado una cocción de tipo oxido férrico.
La mayoría de las mujeres alfareras salían a mashcarir (intercambiar o realizar trueque) a sectores como Déleg, Gualaceo, Paute, Cuenca, Girón, Cañar y otras, cargando sus ollas a pie, se intercambiaban por maíz, cebada, papa, frutas o animales menores, pocas veces se las vendía debido a que los precios eran muy bajos.
PAJA TOQUILLA MARCA TENDENCIA
La paja toquilla, elemento que se utiliza en la elaboración de los finos sombreros que se originan en Montecristi (Manabí) y en la provincia de Azuay (Cuenca) siguen siendo productos que marcan tendencia desde épocas ancestrales, su tejido es parte de creaciones de distintos accesorios, que ahora encajan en el mundo de la alta costura internacional.
Las hábiles manos de las artesanas azuayas crean con esta fibra decenas de artículos decorativos y utilitarios, además de tejer el ancestral sombrero.
El uso de la paja toquilla en productos distintos al sombrero hace que la economía se sostenga y que se dinamice la técnica con productos innovadores.
VESTIMENTA INDIGENA PRODUCTO DE EXPORTACIÓN
Diseñadores de moda revitalizan en Ecuador la vestimenta indigena y le dan un nuevo valor identitario y económico. El trabajo artesanal sigue siendo fundamental para confeccionar las prendas, que ya son productos de exportación.
El tejido dentro de las comunidades indígenas posee una relación entre el medio ambiente y las necesidades físicas y espirituales del ser humano. Las técnicas ancestrales abarcan desde nudos, amarres y uniones hasta entrelazados de fibras naturales, que interactúan en unidad con el trabajo hecho con las manos para dar origen al objeto tejido, que se entiende como la expresión material propia de cada cultura
Los hilos sueltos y las madejas se tiñen con sustancias de diversos colores (de origen natural) o se colorean los tejidos completos después de su confección. El proceso más usual para teñir las fibras es mezclar las semillas o la materia prima natural de donde se saca el pigmento (puede ser carbón, semillas de achiote, barro negro, diferentes tipos de tierra, azafrán, cúrcuma, etc.) con agua.
El pigmento en polvo se mezcla luego en una gran olla con agua hirviendo a la que se le agrega sal para que el pigmento se fije a la fibra; posteriormente se deja cocer en esta agua por una hora o dos, se saca y se deja secar. Luego las fibras o el tejido mismo se lavan hasta que el agua sale limpia y no destiñe más.
Existen técnicas de decoración como el bordado, en el cual con hilo de colores se crean patrones que dan un relieve a la tela. Usualmente el bordado se usa cuando el diseño es más figurativo, es decir en el caso de representar una deidad con muchos detalles y objetos típicos de la cultura, o para representar flores, animales y plantas.
LA MODA DE LOS TURBANTES EN ECUADOR
Neisi Dajomes y Tamara Salazar no sólo comparten el hito de haber logrado medallas para Ecuador en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Las dos mujeres, levantadoras de pesas, lo hicieron con un colorido pañuelo (Turbante) que recogía su pelo rizado. Un accesorio que más allá de la comodidad ha sido visto en Ecuador como un símbolo para reivindicar el éxito de las mujeres negras.
La medallista de oro en 76 kilogramos Neisi Dajomes confirmó por su parte que se trata de un acto reivindicativo:
Estas pañoletas son una versión de los turbantes africanos que, en un inicio, fueron utilizados para proteger el cabello de las mujeres del sol y la exposición a otros factores, tras el intenso trabajo agrícola al que eran sometidas.
En los siglos XVI y XIX fue que comenzaron a llegar los esclavos africanos al continente americano; lo que no dejaron atrás fue algunas de sus costumbres, así como sus vestimentas.